Es necesario hacer un llamado al país para que el gobierno honre el sacrificio de los policías e indígenas muertos en Bagua y declare un día de luto nacional.
El Apra no aprende de sus mentiras. Vivimos gobernados por un presidente que miente con cinismo sobre los cadáveres de policías e indígenas y, en su ceguera absoluta, no se da cuenta de que todo el país siente vergüenza ajena por él.
Mentira 1: “Hemos mantenido 56 días de diálogo”. Falso. El gobierno entiende diálogo como sinónimo de mecedora. Peor todavía, su condición para la mesa de diálogo con Aidesep era que el Decreto 1090 no se derogaba. La experiencia confirma que el gobierno no dialoga, solo mece o reprime.
Mentira 2: “Los nativos fueron con armas de fuego y emboscaron a los policías”. Falso. Todos los testimonios desdicen esta versión porque, al ver que se les estaba disparando a matar, los nativos se abalanzaron con sus lanzas contra los policías, los desarmaron y dispararon hacia los efectivos. En la Estación 6, los awajun wampis dieron muerte a los policías al enterarse por radio que habían asesinado a varios de sus hermanos nativos.
Mentira 3: El gobierno dijo que sólo habían tres civiles muertos. Después dijo que eran 9. Falso. Hasta la fecha, hay 12 cadáveres civiles encontrados, sin embargo, los testimonios de la población aseguran que se han asesinado a más de 50 ciudadanos. Sus cadáveres fueron trasladados en bolsas por helicóptero, han sido enterrados, quemados y también arrojados al río Marañón. En este caso, ya se ha dado la alerta para recuperar los cadáveres que devolverá el río en los próximos días, pero será difícil saber la cifra exacta.
Mentira 4: “Hay ingerencia extranjera. Evo Morales y Hugo Chávez han financiado la protesta amazónica, les dieron alojamiento y comida”. Falso. En los más de cincuenta días de paro, los awajún wampis pasaron hambre, comían una vez al día y dormían en la carretera, al igual que en todos los puntos en donde hubo protestas. Una mentira más del gobierno que no quiere entender que los peruanos no comparten su “modelo de desarrollo”. Las comunidades indígenas de la selva tomaron sus propias decisiones y son autónomos en sus acuerdos.
Mentira 5: “Juana Huancahuari y Yaneth Cajahuanca ayudaron a fugar a un delincuente como Pizango”. Falso. Hasta el 5 de junio, Pizango no tenía orden de detención y era el interlocutor válido del pueblo amazónico ante el país, por ser el presidente de Aidesep. Ambas parlamentarias decidieron acompañarlo en auto en previsión de un posible “secuestro”, luego de detectar en actitud sospechosa a un grupo de personas cerca al local de Aidesep.
El presidente García sabe lo que significa “Ama llulla” y sabe también que es una máxima moral de nuestros antepasados, pero no le importa porque la mentira es la piedra angular de su gobierno. Así que no nos hagamos muchas esperanzas cuando anuncie con bombos y platillos que ya redujo la pobreza o que el precio del pollo ha bajado.
El Apra no aprende de sus mentiras. Vivimos gobernados por un presidente que miente con cinismo sobre los cadáveres de policías e indígenas y, en su ceguera absoluta, no se da cuenta de que todo el país siente vergüenza ajena por él.
Mentira 1: “Hemos mantenido 56 días de diálogo”. Falso. El gobierno entiende diálogo como sinónimo de mecedora. Peor todavía, su condición para la mesa de diálogo con Aidesep era que el Decreto 1090 no se derogaba. La experiencia confirma que el gobierno no dialoga, solo mece o reprime.
Mentira 2: “Los nativos fueron con armas de fuego y emboscaron a los policías”. Falso. Todos los testimonios desdicen esta versión porque, al ver que se les estaba disparando a matar, los nativos se abalanzaron con sus lanzas contra los policías, los desarmaron y dispararon hacia los efectivos. En la Estación 6, los awajun wampis dieron muerte a los policías al enterarse por radio que habían asesinado a varios de sus hermanos nativos.
Mentira 3: El gobierno dijo que sólo habían tres civiles muertos. Después dijo que eran 9. Falso. Hasta la fecha, hay 12 cadáveres civiles encontrados, sin embargo, los testimonios de la población aseguran que se han asesinado a más de 50 ciudadanos. Sus cadáveres fueron trasladados en bolsas por helicóptero, han sido enterrados, quemados y también arrojados al río Marañón. En este caso, ya se ha dado la alerta para recuperar los cadáveres que devolverá el río en los próximos días, pero será difícil saber la cifra exacta.
Mentira 4: “Hay ingerencia extranjera. Evo Morales y Hugo Chávez han financiado la protesta amazónica, les dieron alojamiento y comida”. Falso. En los más de cincuenta días de paro, los awajún wampis pasaron hambre, comían una vez al día y dormían en la carretera, al igual que en todos los puntos en donde hubo protestas. Una mentira más del gobierno que no quiere entender que los peruanos no comparten su “modelo de desarrollo”. Las comunidades indígenas de la selva tomaron sus propias decisiones y son autónomos en sus acuerdos.
Mentira 5: “Juana Huancahuari y Yaneth Cajahuanca ayudaron a fugar a un delincuente como Pizango”. Falso. Hasta el 5 de junio, Pizango no tenía orden de detención y era el interlocutor válido del pueblo amazónico ante el país, por ser el presidente de Aidesep. Ambas parlamentarias decidieron acompañarlo en auto en previsión de un posible “secuestro”, luego de detectar en actitud sospechosa a un grupo de personas cerca al local de Aidesep.
El presidente García sabe lo que significa “Ama llulla” y sabe también que es una máxima moral de nuestros antepasados, pero no le importa porque la mentira es la piedra angular de su gobierno. Así que no nos hagamos muchas esperanzas cuando anuncie con bombos y platillos que ya redujo la pobreza o que el precio del pollo ha bajado.
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